La administración Obama no va a dejar que caiga y por consiguiente, le está exigiendo que reúna aún más capital. Para ello, el Tesoro estadounidense pasaría a tener una participación mayor en la entidad, que podría ascender al 40%, cambiando sus actuales acciones preferenciales por acciones comunes. Así, la estatización encubierta pasaría a ser historia y será muy interesante ver cómo reaccionarían los mercados a estos temas considerados tabúes por parte de la Fed. El aviso ya está, con el comienzo de los stress tests a los bancos, siendo una clara señal de irse ajustando los cinturones. Dado que en Europa los estados también están muy entusiasmados con la idea de estatizar para luego crear un bad bank, habrá que seguir mirando al oro (XAU/USD) muy de cerca, ya que ningún inversor querrá refugiarse en el euro u otra moneda en considerada hasta hace poco refugio.
Pasando a lo más inmediato, las miradas están puestas en los Estados Unidos. A las 08:30 (EST) estaremos conociendo la lectura del cuarto trimestre de su producto interno bruto – PIB -, en el que se espera una contracción de 5.4%, muy por encima del retroceso de 3.8%. De todas formas, teniendo presente la sorpresa que hubo con éste el mes pasado y los pésimos datos de empleo que siguen viniendo desde la primera economía, podríamos tener una contracción aún mayor. Ayer las órdenes de bienes duraderos caían el doble de lo estimado en enero, por sexto mes consecutivo. A su vez, las peticiones por subsidio de desempleo semanales han escalado a las 667.000, registrando sus máximos de veintiséis años. Con la Reserva Federal que ya ha agotado sus instancias de tipos de interés, el dólar va a estar reaccionando en base a cómo lo haga la renta variable.